¿Cómo podemos construir una actitud de equipo?
Primero de todo, para conseguir montar nuestro equipo freelance es imprescindible tener una buena actitud de equipo. Disponer de una buena actitud facilita la adaptación y la cooperación de todos los freelance que conforman el equipo. Para construirla, tenemos cuatro etapas que debemos seguir:
- Formación: en esta etapa se desarrolla la confianza entre los miembros del equipo con la finalidad de cohesionar.
- Debate: se trata de una fase de comunicación que ayudará al equipo a facilitar la presa de decisiones comunes.
- Organización: debemos trabajar la coordinación entre los miembros del equipo con tal de acordar un plan de acción que sea común para todos.
- Resolución: sirve para fomentar la colaboración con el objetivo de ejecutar el plan de acción y poder lograr los objetivos marcados.
¿Cuáles son los roles existentes dentro de un equipo?
Una vez tenemos formado nuestro equipo, nos podemos encontrar que dependiendo del perfil personal de cada freelance, existan roles diferenciados entre los miembros. Para poder tratar dichos roles, primero de todo debemos conocerlos. Nos podemos encontrar con roles constructivos y con roles destructivos. Dentro de cada una de estas categorías, tenemos diferentes roles que van apareciendo.
- Roles constructivos:
Contribuidor: asume la función de aportar información técnica y datos al equipo. Es un referente para lograr altos niveles de rendimiento. Gestiona los recursos disponibles de manera inteligente y contribuye a que todos lo hagan. Persona de perfil responsable, fiable, eficiente y organizada.
Comunicador: fomenta y modera los debates, intermedia en la resolución de conflictos y promueve la comunicación interna. Persona de perfil considerada, relajada, animada y con tacto.
Cuestionador: cuestiona los objetivos, los métodos, e incluso los principios del equipo con la intención de lograr más eficacia y efectividad. Persona de perfil honrada, franca, ética y emprendedora.
Colaborador: dispuesto a pasar a la acción y a compartir el éxito con los demás. Su perfil es más orientado al futuro y a los objetivos, flexible e imaginativo.
- Roles debilitadores:
Dubitativo: prefiere que otros tomen decisiones por su cuenta. Debilita procesos como los de recogida de información, discusión e avaluación. Persona de perfil reservada, introvertida, callada, insegura.
Disperso: se salta el proceso y plan de trabajo acordado. Persona de perfil espontánea, nerviosa, extravertida y superficial.
Diplomático: ocupado en llegar al consenso lo más rápidamente posible sin profundizar en detalles que pueden ser valiosos. Persona de perfil educada, ordenada, afable y tranquila. No lo suficiente paciente para suportar críticas constructivas.
Dominante: intenta sistemáticamente imponer su opinión. Escucha poco y tiende a monopolizar debates. Persona de perfil extravertida, espontánea, ambiciosa y tenaz.
Derrotista: todo y parecer como una persona sincera, realmente puede llegar a ser una carga para el equipo. Persona de perfil pesimista, pasiva y reactiva.
¿Cómo podemos motivar a nuestro equipo?
Finalmente, cuándo los miembros de nuestro equipo tienen la actitud para trabajar y nosotros hemos identificado sus roles, podemos conocer que forma nos puede ir mejor para motivar-los. Tenemos tres tipos de motivación diferentes:
- Extrínseca: esperamos compensación material a cambio de lo que hacemos. Se puede tratar de una retribución monetaria, formación, etc.
- Intrínseca: esperamos una compensación personal a cambio de lo que hacemos. Se puede tratar de reconocimiento, identificación con los valores e ética, satisfacción, etc.
- Trascendente: no esperamos nada a cambio, solo buscamos la retribución y el atractivo del trabajo. También estamos dispuestos a hacer sacrificios no compensados económicamente ni necesariamente atractivos debido a que son imprescindibles para lograr el objetivo.
